Clasificación de fenómenos paranormales
Primer grupo: Fenómenos paranormales llamados "de conocimiento"
Caracterizados por la
"obtención de información sobre el mundo exterior al margen de los canales
sensoriales comunes". Son ejemplos los siguientes fenómenos, llamados de
"percepción extra-sensorial" (PES): la telepatía (comunicación o
transmisión de contenidos de mente a mente, pero también entre hombre y animal
y entre animales), la precognición (conocimiento de sucesos futuros libres), la
retrocognición (conocimiento de sucesos pasados ignorados por el sujeto) y la
simulcognición (conocimiento de hechos que tienen lugar en distinto espacio, en
la misma unidad de tiempo). La radiestesia y telerradiestesia, la psicometría y
las llamadas "mancias" estarían también incluidas, como fenómenos en
los cuales la presencia o la utilización de muy diversos objetos excitarían
presuntas facultades de PES en sujetos "dotados" o "paragnostas"
(quiromancia, cristalomancia, cartomancia, cafemancia, ornitomancia,
acutomancia, dominomancia, rabdomancia, astrología...).
Segundo grupo: Fenómenos paranormales llamados "de efectos físicos"
En los que -siempre según sus estudiosos- se producen
"efectos objetivamente detectables en el mundo exterior al margen del
marco de las influencias energéticas conocidas (...): efectos mecánicos tales
como el movimiento de objetos a distancia, sin el concurso de ninguna fuerza
física detectable (telekinesis y psicokinesis), efectos antigravitacionales
(levitación), cambios en el estado de la masa (materialización),
transformaciones de energía (cambios de temperatura, producción de sonidos
diversos y efectos electromagnéticos que se originan sin ninguna causa física
conocida), y la influencia que ejerce aparentemente la concentración mental
sobre reacciones químicas y sobre procesos biológicos". La literatura
especializada recoge como ejemplos de fenomenología para-física, entre otros,
además de los citados: la fantasmogénesis, la bilocación y la espectrogénesis;
los aportes y la hiloclastia: apariciones y desapariciones de objetos que
parecen surgir "atravesando" materia sin dejar señal; los
"raps" (golpes); la clariaudiencia: audición directa de voces para
las que no se detecta causa u origen físico; la hoy llamada
"transcomunicación instrumental", que incluiría la psicofonía o
parafonía y la psicoimagen o paraimagen; la ideoplastia o teleplastia:
aparición de figuras y signos en medios físicos; el doblamiento de metales; la
combustión espontánea; la psicofotografía (plasmación fotográfica voluntaria de
contenidos imaginados); los "extras" (aparición en placa de elementos
no presentes al realizarse la fotografía), etc. Asimismo, se incluyen efectos
para-biológicos, entre los que se encuentran: las experiencias extra-corpóreas;
las formaciones ectoplásmicas, con posible inclusión en ellas de los fenómenos
de transfiguración; la dermografía y, dentro de esta, la estigmatización; la
transfixión; así como fenómenos para-higiénicos: varias formas de diagnóstico y
terapia paranormales, entre las que destacan, por ejemplo, las atribuidas a los
llamados "psicocirujanos" filipinos y brasileños, etc.
Esoterismo, ocultismo, teosofismo, espiritismo, brujería,
vudú, satanismo, etc. son contextos doctrinales en los que parece haberse
registrado una variada fenomenología paranormal, la cual, por otra parte, está
presente también en todas las grandes religiones (así, por ejemplo, la que
aparece relatada en varios libros de la Biblia o en textos dentro del budismo o
del lamaísmo, etc.) y místicas. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que
interesa a la Parapsicología y pretende la verificación y definición precisa de
los fenómenos paranormales objetivos, aislándolos, en tanto que hechos, del
contexto teórico interpretativo en que, cuando es el caso, surgen o se
producen.
Así sucedería al estudiar, por ejemplo, fenómenos de
sanación al margen de la ciencia médica ortodoxa o convencional, observados por
los antropólogos en grupos primitivos o que mantienen su identidad cultural
total o parcialmente incontaminada, como el que registra, por ejemplo,
Hermitte: se trata de sucesos que una comunidad indígena interpreta desde los
relatos sobre su Dios, que todo lo puede y que castiga con enfermedades a aquel
que no siga al pie de la letra sus órdenes, que, para la comunidad, garantizan
una vida llena de plenitud, sin preocupaciones y una familia feliz. Cuando
alguien del grupo es ofendido por un miembro del mismo, este cae rápidamente
enfermo. Para una posible sanación deberá de ir a la casa de la curandera,
conocida como “la bruja”. La misma se encargará de curarlo practicando una
serie de “conjuros”, verificando mediante el pulso cómo va recorriendo la
sangre el cuerpo. Según como sea la velocidad a la que va la sangre por el
cuerpo, así será el tipo de avance que haya tenido la medicación. Si no hay
avance, la bruja le preguntará si ha ofendido a un compañero de la comunidad y
dependiendo de lo que conteste el hombre o mujer, decidirá si continuará con la
sanación o lo dejará como un castigo. Es así como se castiga a los de la
comunidad. Tal vez la enfermedad para la comunidad sea un castigo de su Dios
todopoderoso, pero, ¿y si es solo una identidad desconocida que está poseyendo
a la comunidad, un ser que habita entre la comunidad y es considerable que
permanezca de esa manera durante generaciones, para ser catalogado como una
leyenda o un mito? Afectando así la reputación de la familia en la comunidad o
afectando a la comunidad y alejándolos de la civilización avanzada por un
evento desconocido para todos, no cabe que para este fenómeno exista solución.
Lo más recomendable es la ayuda de expertos que pueden devolver a la comunidad
la paz que anhela.
El parapsicólogo se interesaría en principio por una
sanación debidamente comprobada en la comunidad indígena anterior, aislándola,
como hecho objetivo, de las creencias del grupo, y sabiendo que una curación
heterodoxa no puede conceptuarse como "paranormal" por el solo hecho
de producirse al margen de la Medicina convencional, ya que podría quedar
explicada desde ciertos capítulos de la Psicología, además de los de la
medicina psico-somática. El parapsicólogo investigaría después de haber podido
descartar estas explicaciones (que, por otra parte, conducen a interrogantes de
interés acerca de la relación entre cuerpo y mente). Una vez más, se destaca la
cuestión central de la averiguación de las causas de los fenómenos que se
presentan como paranormales, de cara a la identificación de los rasgos
esencialmente propios de los mismos y, por tanto, para su completa definición.
El derecho del estudioso de lo paranormal o parapsicólogo surge porque y cuando
la metodología de las ciencias establecidas fracasa en la búsqueda de dicho
conocimiento causal, ya que, si pudiera proporcionarlo, el dato quedaría
explicado desde esa metodología y, por esa misma razón, sería competencia de
tales ciencias, no siéndolo entonces del parapsicólogo.
A continuacion veras un video de los lugares mas aterradores en donde la presencia paranormal se da a suceder.
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